miércoles, 28 de febrero de 2018

Vicente Bondia Perales "Civereta"


Hoy nos deja un hombre hecho de sensibilidad, arte y poesía: Vicente Bondia Perales.
Quiero dedicar unos apuntes históricos y biográficos que el mismo Vicente relató y recitó como él solo sabía hacerlo, con su voz profunda y timbrada.


Aquel día el maestro don Alejandro vio en aquel alumno posibilidades para que se aprendiera aquellos versos para el festival que se iba a celebrar en el Cine del Huerto. Durante aquellos días el joven Vicente Bondia lo memorizó y llegado el momento lo recitó lleno de nervios:

“Padre, si se va el abuelo
no le dé entera la manta.
Saque usted el cuchillo y corte.
Que con la mitad ,le basta.
Ten compasión, hijo mío:
Mira que está vieja y mala…..
No importa, padre, no importa,
que algunas peores se gastan. 
Y así la mitad restante
desde hoy podrá guardarla,
para cuando usted sea abuelo,
por si acaso le despachan.

Y al oír estas palabras lloró
abrazándole el padre.
Y el abuelo quedó en casa.

 “Más no espere frutos buenos,
quien da malas enseñanzas”


Una vez acabó, salió corriendo lleno de vergüenza. Así fue la primera actuación del hijo de Vicente Bondia Civera y María Perales Mas. Gustó tanto su forma de recitar que a partir de entonces lo llamaron para representar “Una limosna por Dios” y “El Lazarillo de Tormes”. Después vino “El Belén”, en la que Vicente Bondía Perales interpretaba dos papeles. Para aquella obra Pascual Palés fabricó el trono del Rey Herodes y José Elías Rodilla interpretó el papel de diablo. Fue precisamente con su padre, don Crescencio Rodilla, con quien estudió Vicente Bondia. Quedan para el recuerdo aquellas canciones que el maestro le enseñó, como aquella adaptación de “El Patio de mi casa” que decía: “Si el niño es perezoso, orejas le saldrán…”. Después estudiaría contaduría en la Academia Serna de Manises. 

(Foto: familia Bondia)

Vicente Bondia rezumaba su pasión por los cuatro costados. Sus clientes lo recuerdan cantando coplas y recitando pasajes de las obras que representaba. Nunca una tienda en Quart tuvo el arte tan presente. Seguramente, y en otras circunstancias, la vida lo hubiera situado en el mundo profesional como actor notable. Aún así paseó con dignidad el oficio como el grande que era. Contaba en una ocasión que los sábados por la noche acudía a las representaciones del Teatret del Casino con el tiempo justo, dado que los sábados era el día de cobro y las clientas acudían a saldar sus deudas en la tienda que gestionaba. También los domingos había representación sobre las 18:30 horas, después de Misa.  

Vicente Bondia Perales perdió a su padre un 30 de marzo de 1948, a la edad de 72 años y el joven Vicente tuvo que hacerse cargo del negocio familiar. En aquel momento Miguel Espinós le dijo: “tú no te acobardes, al principio parecerá difícil pero vas a hacerlo muy bien. Si necesitas ayuda yo te ayudo pero no te acobardes”. Y Vicente no se acobardó e hizo de su tienda de comestibles un referente. De sus palabras rescato la descripción de su querida tienda:
«Había un mostrador que se partía en dos, con una puertecita de madera. Dos toneles de vino, un serpentín, una carbonera, alpargatas de careta, un mueble con departamentos y gaseosas, salvado, maíz, cebada, lejía a granel…» Su tienda tuvo el primer congelador que vino a Quart de Poblet. Después hizo reforma.

(Foto: Paco Colomer)

Vicente Bondia Perales, siempre serás el hombre de la buena palabra y la eterna sonrisa. Me siento privilegiado por disfrutar y compartir de esos buenos ratos de conversación y aprendizaje. Te echaré de menos, Vicente. Ha sido un placer coincidir en esta vida. Gracias por todo y buen viaje.



Vicente Bondia Perales (18-7-1928 / 27-2-2018)